El encuentro

Juan salió de su apartamento aturdido. Comenzó a caminar al principio despacio, para más tarde acelerar el paso. No era la primera vez que lo hacía. Caminaba sin rumbo ni destino. Solo quería salir, caminar hasta reventar para más tarde volver. No entendía por qué, pero encontraba alivio en aquellas palizas. Lo más probable es que, como en otras ocasiones, caminaría tanto que tendría que volver en taxi. Sin embargo Juan no volvería esa noche al apartamento, de hecho no volverá jamás.

Tomó la primera calle a la izquierda y se dirigió hacia la rotonda de Latinoamérica. Con paso decidido, fue dejando el barrio y a su izquierda el frondoso e impresionante parque de Arriaga asomó ante sus ojos. Normalmente cuando necesitaba desahogarse no apartaba la mirada del camino por nada, pero algo se movió entre los árboles y sus ojos no pudieron evitar mirar. Se detuvo en seco, no daba crédito a lo que estaba viendo. Miró alrededor suyo para buscar el amparo de algún otro testigo.

"No puedo creerlo", pensó. "Con todo el tráfico que tiene Portal de Foronda y estoy aquí solo. Solos los dos, ese extraño ser y yo." Buscó en el bolsillo derecho de sus tejanos y no encontró nada. Por un momento dejó de mirar al ser y miró su pantalón confuso. "¿Dónde demonios tengo el móvil?" Cuando levantó la vista, sintió como le tocaban el hombro izquierdo y sufrió el mayor susto de toda su vida. Aquel ser ya no estaba entre los árboles en el parque, estaba a su lado, medía un par de metros como mínimo y sostenía su móvil en una horrible mano gris de cuatro dedos.

A vueltas con el DNI Electronico

Brrrrrrr. Estoy que me subo por las paredes. Llevo desde ayer intentando registrar en la propiedad intelectual un relato corto. Lo trato de hacer telemáticamente usando el DNI electrónico de marras. La verdad es que todo parece funcionar, a veces.

A veces consigo acceder; otras veces se bloquea antes de introducir la firma numero uno. La mayoria de las veces en la dos y casi siempre a la tercera va la vencida y.... se bloquea definitivamente.

Ayer tuve mas suerte que hoy, ya que estuve a punto de pagar las tasas correspondientes mediante tarjeta, pero no funcionó porque por lo visto tenía activado un bloqueador de ventanas emergentes, que trastoco mis intentos.

Suelo llevarme muy bien con la tecnología, por muy puntera que sea, pero en ocasiones me darían ganas de liarme a tortazos con la pantalla, emulando cierto vídeo de Internet muy famoso a la par que preparado.

Sinceramente creo que se puede organizar mejor este tema del DNI Electrónico. Para empezar para qué pedir al usuario del certificado, que escriba la firma hasta en cinco momentos distintos. Yo ya me la he aprendido de memoria de tanto teclearla. Bastaría con pedirla al insertar el DNI y listos. Si acaso en el momento de firmar electrónicamente, debería pedirla una vez mas, por si los usurpadores de identidades han entrado a urtadillas en el piso y quieren pagarme las tasas.

Bueno, intentando ando, porque por ahora novelear, lo que se dice novelear mas bien en sueños...

¿Y ahora qué escribo?

Las dudas me corroen. ¿Por qué ahora? ¿Qué es lo que pretendo expresar? ¿Hacia donde dirigiré este espacio? Sea por lo que sea, es lo que ahora me apetece hacer y aquí estoy. Así que tal día como hoy queda inaugurado el blog de Txelu. Escritor novato donde los haya que intentará, de la mejor manera que pueda, expresar lo que buenamente le apetezca.

Se que será muy duro al principio pero trataré de acostumbrarme a mantener al día este espacio y a ir publicando en él relatos cortos y desvaríos varios. Como pequeña y atropellada presentación, me gusta la meteorología, la aviación, los coches y la informática. Por eso según he podido permitírmelo, obtuve la licencia de piloto privado, para la cual tuve que estudiar meteorología entre otras asignaturas.

Más tarde me compré un coche que por causas meteorológicas adversas, está en el taller mecánico y por supuesto mantendré este blog al día, mediante el ordenador del que suscribe, elegido pieza a pieza y montado, desde otras tantas piezas, hace ya algunos años.

Y como ahora tengo que ir al masajista, debido a la misma adversa meteorología que me ha apartado de mi coche, os dejo; otro día os explico el infortunio con pelos y señales.